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El encuentro dio comienzo con una aproximación a la realidad actual qlue vivie el sector del lujo en nuestro país. Al respecto Rocío Capel, directora de Formación y RRHH de Chanel Iberia, quiso apuntar que “el mercado del lujo está teniendo un auge brutal en cuanto a sostenibilidad; actualmente, el lujo se está entendiendo de otra manera, fundamentado sobre todo en los valores de la marca y en toda la experiencia que hay detrás, especialmente a raíz de la pandemia”, señalando que “el cliente de lujo tiene una fidelidad muy grande a la marca en sí, la calidad, la experiencia, el trato personal, etc.”. En este sentido, Luz María del Pilar Carretero, de Euroguw, explicó que “mucha gente se dio cuenta de la importancia de vivir el lujo en España; la perspectiva del consumidor español ha cambiado y ahora está dispuesto a pagar más por esa atención y también por la sostenibilidad”. Marina López, directora wellness de Las Caldas Villa Termal, añadió que los clientes “son cada vez más profesionales y más conscientes sobre la cosmética y su calidad, sostenibilidad, etc.”.
Carmen Navarro, fundadora y CEO de Carmen Navarro, apuntó que “en los centros de belleza, siempre que hay una crisis, después los consumidores estaban deseando sentirse únicos y recibir esa atención, y esto se ha mantenido hasta hoy. Por tanto, es un gran momento para el lujo”. En cuanto al consumidor postpandemia, la presidenta de Luxury Spain señaló que “las firmas de lujo se adaptaron muy rápido a atender y mimar al consumidor, adaptando sus estrategias, campañas, etc.”.
Para entender los nuevos patrones de consumo en el sector del lujo, debemos volver a cómo la pandemia ha transformado al consumidor. Tal y como señaló Consuelo Mohedano, directora de Formación división Prestige en Shiseido Group, “el consumidor ha reflexionado mucho durante la pandemia y ahora lo que quiere es disfrutar, tiene mucho más claro qué es lo que quiere y no le importa gastar más para conseguir ese producto/servicio que le ofrezca el nivel de calidad, atención, experiencia… que desea”. Esta reflexión por parte del consumidor ha llegado a todos los niveles y, según Mohedano, “está tomando conciencia de qué está pasando con nuestro planeta, la globalización, etc.; se ha producido un cambio en el consumidor, que es más consciente en cuanto a su consumo en los diversos sectores: belleza, alimentación, ropa, etc., sin ser activista”.
Iván Abeniacar, co-CEO de Farlabo, quiso apuntar que “hay una tendencia de creación de productos eco-sostenibles, aunque en perfumería todavía queda mucho camino por recorrer. Sin embargo, lo cierto es que se presta mucha atención a los ingredientes y moléculas más naturales, vidrio que genere menos desperdicio, packaging reciclable y en busca de una segunda vida, refills –aunque éstos no tienen mucho éxito en España–, etc.”. En definitiva, Abeniacar destacó que “aunque todavía estamos recorriendo ese camino hacia la concienciación en el sector de la perfumería, pero sí que hay un replanteamiento”.
En el ámbito de la cosmética, Mohedano puso como ejemplo de sostenibilidad el caso de Ulé, marca del Grupo Shiseido “nacida de la necesidad de ofrecer una alternativa al consumidor que busca algo sostenible pero, a la vez, muy efectivo, combinando la formulación en fresco con la alta tecnología. Por ejemplo: en Ulé para minimizar la huella de carbono se han utilizado cultivos verticales internos en Europa”.
Y Mar Cuerva, de Alqvimia, señaló que “en Alqvimia la sostenibilidad es el enfoque 360º de la marca”, aunque indicó que “queda mucho camino por recorrer en materia de sostenibilidad en el sector de la cosmética”.
Por su parte, María Amalia Hussong, de Euroguw, añadió que “la pandemia nos hizo ver qué es lo importante para cada consumidor” y “estamos en un momento clave para que el consumidor sea cada vez más consciente y desde las marcas tenemos que seguir fomentando el bienestar del ser humano”. En esta línea, Capel apuntó que “el consumidor hoy en día ha hecho una fusión entre el bienestar y la eficacia de la belleza para realmente tener un placer mayor y sentirse bien”.
“La atención es la base del lujo y se valora mucho por parte del consumidor”, aseguró Marina López, directora wellness de Las Caldas Villa Termal. Además, Carmen Navarro destacó la importancia de “saber transmitir los valores, incluido todo lo relacionado con la sostenibilidad”.
Almudena Solo de Zaldívar, directora financiera de Carmen Navarro, apuntó hacia uno de los principales obstáculos a los que se enfrenta el sector del lujo: “El problema es que el lujo no se asocia al reciclaje”. Al respecto, Abeniacar señaló que “la experiencia de reciclar no es un lujo para el consumidor”, de ahí que “los refills en perfumería, que llevan muchos años disponibles en España, no tengan el éxito esperado”.
Olaya García, fundadora de SeaSkin, aseguró que “el consumidor interpreta las marcas de lujo como un status y un sentimiento de pertenencia, por lo que las marcas deben asumir la responsabilidad de realizar cambios en el comportamiento del consumidor a mejor. El consumidor exige cambios corporativos y sociales por parte de las marcas de lujo, y esto está dando lugar a una transformación de cada marca para, entre todos, mejorar la sociedad. El lujo exige ser 100% responsable con lo que hace”. En línea con la necesidad de cooperación, Capel señaló que “la sostenibilidad debe estar basada en la colaboración entre empresas y en la transversabilidad para poder avanzar”. Y Olaya García añadió que “el cambio está en la transversabilidad y en la colaboración entre marcas para atraer al nuevo consumidor”. Y Cuerva apuntó que “es muy importante alinearnos todas las marcas en cuanto a sostenibilidad”. [...]
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