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Según el informe Perspectivas del Consumidor de Kantar Insights del último trimestre de 2023, se observa una leve mejora en el Índice de Confianza del Consumidor, que acaba el año ligeramente mejor de lo que empezó. El resto de los indicadores se mantienen mayormente estables, reforzando la idea de que la población, una vez absorbido el brote de inflación y las subidas de interés, vive la situación con calma, aunque continúan las reticencias ante decisiones económicas que puedan implicar grandes gastos.
La estabilidad se extiende a los componentes del Índice de Confianza del Consumidor, mayormente estables desde hace casi un año. Llama la atención la mejora paulatina de la percepción de la situación económica del país, punto débil habitual de las percepciones de los consumidores.
Se refuerza la idea de que la población, una vez absorbido el brote de inflación y las subidas de interés, vive la situación con calma, aunque continúan las reticencias ante decisiones económicas que puedan implicar grandes gastos
En sentido contrario, la opinión sobre la ocasión para hacer grandes compras se ha debilitado desde finales de 2021. Es el indicador más afectado por el brote de inflación. Las cautelas ante el consumo se mantienen, sobre todo en los grandes gastos que requieren financiación.
Se mantiene mayoritariamente la idea de que es mejor controlar o mantener los gastos domésticos y evitar compromisos a largo plazo. El 38% de los consumidores cree que es mejor reducir gastos.
Visto el gráfico en una larga perspectiva, desde 2009, se aprecia toda una época de expectativas limitadas, en la que la idea de que es posible aumentar los niveles de consumo se mantiene casi anecdótica.
Acorde con estas “expectativas limitadas”, la idea dominante, con casi la mitad de los consumidores, es que “es mejor comprar marcas blancas ya que son más baratas y tienen garantía del distribuidor”. Esta idea se ha mantenido estable en los últimos años, recordando los indicadores entre 2011 y 2014, aunque sin la percepción de crisis aguda de aquellos años.
La percepción de seguridad en los ingresos se mantiene como factor clave. Casi el 60% de los consumidores cree que se mantendrán en los próximos meses. Tal vez más llamativo aún es que apenas el 6% cree que sus ingresos pueden bajar. En suma, aunque hay un clima de expectativas limitadas, está sostenido por la idea generalizada de que no hay riesgos significativos que puedan preverse.
En la misma clave de estabilidad, se percibe que el desempleo se mantendrá, con cierta tendencia a reducirse. La percepción de seguridad en el empleo, absolutamente mayoritaria entre los empleados.
Se mantiene la casi absoluta seguridad que desprenden los ocupados en que apenas hay posibilidades de perder su empleo. Esta seguridad compensa la frustración relativa de una situación de expectativas limitadas.
Como es habitual, el Índice del Momento para realizar compras (la media de una bolsa de 25 productos y servicios) muestra una elevada correlación con la tendencia. Se mantiene también casi estable en los últimos meses, con pequeñas oscilaciones apenas relevantes. Un indicador más de la estabilidad de la situación. Casi todos los componentes de gasto que se incluyen en la investigación muestran una moderada tendencia de mejora, acorde con el clima general descrito.
Los consumidores perciben un buen momento para comprar productos de droguería y belleza, ocio, ropa y complementos y pequeños electrodomésticos
Los consumidores perciben un buen momento para comprar productos de droguería y belleza, ocio, ropa y complementos y pequeños electrodomésticos. Casi todos ellos, si se comparan con el primer trimestre de 2023, han mejorado.
A la inversa, el clima no parece oportuno para compras que impliquen compromisos a largo plazo o necesidad de financiación (los tipos de interés disuaden), así, las reformas en la casa, productos financieros, coches o vivienda aguardan la mejor ocasión, en la mayoría de los casos. La reticencia a compromisos financieros e hipotecas se mantiene.