Revista
Por: CPL Aromas
En el significado de limpio encontramos referencias a eliminar la suciedad y los olores desagradables, pero no observamos mención alguna a fragancias que huelan bien. De ahí podemos deducir que existe un consenso sobre cuáles son los olores desagradables o asociados a suciedad, pero ¿qué sucede con el olor a limpio?
El olor a limpio es más difícil de definir, ya que está sujeto a la interpretación de cada uno y en muchos casos está anclado a nuestra memoria olfativa desde la infancia, por lo que suelen ser olores que nos evocan la inocencia de la niñez o la seguridad del hogar en el que crecimos, como el olor a ropa limpia secándose bajo el sol, la fragancia suave de un bebé o el vaho perfumado del cuarto de baño tras la ducha.
En la actualidad, el olor a limpio suele asociarse con fragancias suaves, neutras y delicadas que proporcionan sensación de bienestar, pero no siempre ha sido así, ya que el olor a limpio ha evolucionado de la mano de la humanidad, la industrialización y la globalización.
De distintas maneras, el olor a limpio siempre ha estado vinculado con la salud. Ya en la antigüedad, se creía en el poder curativo de los perfumes a nivel físico y espiritual, por lo que era habitual quemar inciensos para limpiar y purificar el aire. Hacia el siglo XV, apareció el jabón de Marsella (en muchos casos enriquecido con limón o lavanda), un jabón universal que garantizaba limpieza e higiene y que quedó grabado en la memoria de varias generaciones como la ejemplificación del olor limpio. A mitad del siglo XX, se popularizaron las lavadoras en los hogares y con ellas los detergentes con sus notas almizcladas, florales y aldehídicas que hoy en día son consideradas por muchos el olor a limpio por antonomasia. Actualmente, con el bienestar y la salud mental como prioridad para el consumidor, el olor a limpio se asocia con fragancias neutras y reconfortantes que aportan calma y serenidad.
Aunque el olor a limpio es atemporal, nunca pasa de moda y bien podría equipararse a esa camiseta blanca o esos jeans que siempre sientan (y te hacen sentir) bien, el entorno político, económico y social agitado actual y el bienestar y la salud mental como macrotendencia, han contribuido a un crecimiento excepcional de las fragancias con olor a limpio en los últimos tiempos. Otro factor que ha influido en el auge de estos olores neutros y reconfortantes es la predilección del mercado asiático por este tipo de perfumes y la industria globalizada que ha expandido dichas preferencias olfativas entre los consumidores occidentales.
Un estudio realizado por InCosmetics Connect corrobora que las preferencias del consumidor se dirigen hacia fragancias que mejoran el estado de ánimo y que crean una atmósfera limpia y reconfortante, siendo el olor a limpio el preferido por los consumidores en un 26% para productos de higiene corporal, en un 24% para productos de cuidado facial y en un 21% para fragancias y perfumes.
Ante un consumidor holístico que va un paso más allá, observamos cada vez más cómo fragancias con olor a limpio acompañan a otras tendencias “limpias” como Zero de Comme des Garçons, un perfume que huele a limpio y que apuesta por un planeta más limpio consumiendo energía renovable en la producción y utilizando una fórmula simplificada. Asimismo, encontramos fragancias con olor a limpio que acompañan a productos “limpios para nuestra piel” o que buscan “limpiar nuestra mente o espíritu”.
En definitiva, un futuro en el que fragancias limpias acompañan conceptos limpios y que, sobre todo, nos hacen sentir bien, seguros y reconfortados.
El olor a limpio no está ceñido a una dirección olfativa concreta y son muchos los ingredientes que nos llevan a esas sensaciones de agradabilidad y confort comunes en este tipo de olores.
Los acordes de almizcle blanco aportan un carácter envolvente y algodonoso que nos recuerda a piel limpia; Pure Musc de Narciso Rodríguez nos acerca a estas sensaciones. Los cítricos, las flores blancas y las notas acuáticas aportan la frescura característica de las fragancias que huelen a limpio, mientras que las notas aldehídicas o apolvadas reflejan esa parte jabonosa o de olor a ropa limpia que tanto asociamos con este concepto. Francis Kurkdjian se inspiró en el olor de las lavanderías en Nueva York de madrugada para su perfume 724, fragancia en la que destacan los acordes aldehídicos, florales blancos y almizclados.