Revista
Scentmate® by dsm-firmenich comparte las principales tendencias olfativas que están impregnando el mercado de la perfumería fina de este otoño e invierno de 2024.
El aumento de la sensibilidad hacia las razones sociales y ambientales del consumidor de los últimos tres años ha provocado cambios importantes en las rutinas de cuidado personal y en los hábitos de compra del consumidor. En cuanto a la compra de perfumes, los consumidores buscan productos que den respuesta a cuestiones como:
- La transparencia: el compromiso con la producción sostenible y ética con la utilización de ingredientes naturales y embalajes reciclados.
- Los beneficios sobre su estado de ánimo: a través de ingredientes con propiedades relajantes, energizantes o revitalizantes.
- Los productos sin género: venciendo las tradicionales etiquetas de masculino/femenino y abriendo nuevas corrientes creativas.
- La autoexpresión: impulsada por la Generación Z, las fragancias nos sirven para expresar cada matiz de la individualidad.
Combinando los más de 125 años de experiencia en perfumería y los datos de propiedad de dsm-firmenich sobre las preferencias del consumidor, Scentmate es capaz de enmarcar la evolución de las tendencias de este otoño e invierno en cuatro grandes conceptos sensoriales: la elevación de lo limpio, las frutas premium, los florales extremos y el regreso a las raíces, que se traducen en las siguientes tendencias olfativas:
Los cítricos continúan evolucionando, alejándose aún más de la estructura de la colonia. Un concepto de limpieza que hace sentir a las personas seguras y reconfortadas, una frescura más suave. Se basa en la combinación de notas minerales, toques salados, aromáticos frescos con cítricos no tradicionales como la mandarina o el kumquat.
A Milano de Giorgio Armani, 724 de Maison F. Kurkdjian o Ego Stratis, de JHAG reflejan esta tendencia.
Ramos luminosos y ligeros, menos femeninos y más equilibrados. La gama olfativa se mueve desde la delicada floralidad hasta los florales afrutados limpios para crear composiciones elegantes y juveniles. Las notas florales dominan la composición, pero se entrelazan delicadamente con matices frutales, cítricos y cremosos. Recuerda a las notas florales afrutadas de los años 2000, pero más equilibradas.
Ejemplos que encajan en esta tendencia son Dylan Purple de Versace, Perfect de Marc Jacobs o Nina Nature de Nina Ricci.
Los solares continúan evolucionando, menos vinculados a los tradicionales protectores. Con un toque joven pero sofisticado, su lado gourmand es más cremoso, meloso y lactónico, mientras que la parte floral se vuelve más opulenta y pesada. Recuerda a una combinación de flores blancas con una nota gourmand sofisticada, no excesivamente dulce, y resinas exóticas.
Algunos de los productos que conforman la tendencia solar son Can´t stop loving you de Killian Paris, My Way Le Parfum de Giorgio Armani y Daisy Love Paradise de Marc Jacobs.
Se trata de sensaciones jugosas y comestibles; mezclas frutales que se vuelven gourmand y texturizadas gracias a mermeladas, praliné, frutas azucaradas... Bayas rojas, frambuesas, nueces azucaradas, combinaciones cremosas y lechosas para una sensación frutal gourmand que no es excesivamente dulce.
Esta tendencia olfativa está presente en fragancias como Yes I am Bloom up de Cacharel, Good Girl Blush de Carolina Herrera y Mod Blush de Ariana Grande.
La clave de esta tendencia es la inclinación cada vez mayor de los consumidores hacia perfumes con más personalidad, por lo que los acordes almizclados y similares a la piel están siendo reemplazados por notas de ámbar, iris y madera, así como conceptos más fantasiosos como minerales, papel o maderas exóticas. Las maderas se vuelven más polifacéticas, incorporando elementos minerales, flores aterciopeladas, resinas y musgo.
Productos que encajan en esta tendencia son Oopsis de Diptyque, 22 Orris de Ledda y This is Him Undressed de Zadig&Voltaire.
En esta tendencia olfativa, vetiver, madera de cedro y otras maderas ahumadas se combinan con resinas e intensas notas de cuero y notas de gourmands más oscuros (vainilla, tonka, chocolate negro). Una mezcla de vetiver y cuero con notas ambaradas y resinosas. Las resinas se relacionan menos con el concepto de la naturaleza y se vuelven más cercanas a lo gourmand.
Esta tendencia queda reflejada, por ejemplo, en Cherry Smoke de Tom Ford.